Movido por voluntad de Dios

Dios tiene que obrar en el corazón del hombre, moviendo su voluntad a la de Él, y cuando todo esté listo para iniciar, entonces todo encaja en tiempo y recursos. La maravillosa obra de Dios está diseñada desde antes del inicio de los tiempos, y ha sido establecido por Dios para que todo encaje en el plan maestro del Señor. (Ecl. 3:11, 14-15)

Prepárese para los obstáculos

No espere que todo sea sencillo, si bien Dios nos provee de todos los recursos que vayamos a necesitar para levantar nuestra obra de reconstrucción, los enemigos estarán ahí para detenernos. Lo que debemos hacer es tener presente las posibilidades de obstáculos, pero esa decisión de cambiar para bien debe permanecer en nosotros, y debemos trabajar duro hasta lograrlo.

Confiando en Su tiempo

Dependa de Dios antes de actuar, mire si es tiempo de hacer algo, o si debe esperar. Confiar en Dios requiere muchas veces ser paciente, y sentarse en otras (Sal. 46:10); pero nada será tardío, todo encajará apropiadamente.

Clamando restauración

Para iniciar todo proceso de restauración debemos recordar que nada podemos hacer por nosotros mismos. Tengamos presente que somos limitados en sabiduría y poder, pero que Dios sabe lo mejor y Él puede todo. Ahí estaba la clave del éxito de la empresa que llevaría a cabo Nehemías.

Reconociendo nuestra real condición

Antes de continuar en la vida, ¿por qué no se hace un inventario espiritual sincero y profundo con Dios? Pídale que le ayude a ver dónde realmente está, y si ya ha visto donde se encuentra, entonces es momento de ponernos manos a la obra, es tiempo de reconstruir nuestra vida con la ayuda de nuestro bondadoso y poderos Dios.

Ayudando desde Su trono el cumplimiento

Recordemos, Él está sentado en el trono mirando nuestra obediencia, y cuando decidimos cumplir, Él nos bendice con Su poderosa obra. ¿Quiere ver a Dios obrar con maravillas y señales poderosas? Salga, predique el evangelio, y verá como Él le ayuda “confirmando [Su] palabra”.

Predica el evangelio

Nuestra responsabilidad viene por el mandato dado por Dios, pero también por la responsabilidad moral de dar a conocer el mensaje que trae esperanza al perdido, vida al muerto espiritual, perdón al pecador. ¿Si nosotros no lo hacemos, quién lo hará?

Incrédulos por naturaleza y voluntad

Si bien el engaño introdujo la mentira al mundo, y por eso es correcto dudar de la veracidad de muchas cosas; cuando se trata de las verdades de Dios, esa duda se convierte en un pecado, porque rechaza voluntariamente a Dios y Su Palabra. El reproche de Jesús es una muestra de la manera como Dios mira a la incredulidad (Mt. 13.58; 17.20; Mc. 6.6; 9.24; 16.14).