La muerte de Jesús no hubiera completado su propósito sin la resurrección. Así como la moneda tiene 2 caras para estar completa, las buenas nuevas basan la esperanza de salvación en la muerte y resurrección. Y así como el ángel envió a dar testimonio de la resurrección a las mujeres, nosotros somos enviados hablar del evangelio de Cristo, de Su muerte y resurrección, tal cual lo dice las Escrituras (1 Co. 15:1-4)
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La osadía de la fe
La verdadera fe trasforma a la persona; de ser un tímido oyente a un valiente seguidor, sin miedo a testificar. Pablo nos dice que Dios no nos ha dado “espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” y por lo tanto no deberíamos avergonzarnos de dar testimonio de Cristo. (2 Ti. 1:7, 8)
La “sencillez” del Evangelio
Evangelio viene del griego “evangelion” que quiere decir buenas nuevas o buenas noticias. Las buenas nuevas son que Cristo murió por nosotros a causa de nuestro pecado, que fue sepultado por tres días, y que al tercer día resucitó para mostrar que el pecado y la muerte no lo derrotaron, sino que Él los derrotó, y eso nos trajo esperanza de vida eterna. Es sencillo: muerte, sepultura, y resurrección de Jesús.
Prestos para predicar
¿Ya está cumpliendo la tarea designada? Así como los discípulos, fueron prestos para cumplirla, el Señor espera la misma diligencia en nuestras vidas. Jesús nos ha prometido Su presencia y la obra del Espíritu Santo. “La tarea dada en la Gran Comisión no ha cambiado, lo único que ha cambiado con el tiempo son los actores, o sea, usted, yo y los que están a nuestro alrededor.” – Ministerio UMCD –
Arrepentimiento y Fe son la “Clave”
Para poder entrar en el reino de Dios necesitamos de 2 cosas importantes: Arrepentimiento y Fe. (Marcos 1:14-15)
Proclamando al Poderoso
Todos debemos escuchar y proclamar del Poderoso, del Señor Jesucristo. (Marcos 1:1-8)
Gozosos, firmes y constantes
Con tan gran fundamento, nuestra confianza en el mensaje del evangelio nos llena de seguridad y gozo. Todos los que hemos oído y respondido favorablemente a este mensaje (v. 1, 2) tenemos anclada nuestra esperanza en Su Palabra (He 6:19).
Un canto angustioso de salvación
Como Iglesia, sigamos trabajando en la obra misionera de alcanzar, no solamente a los musulmanes, sino a todos para Cristo.
