A muchas personas les cuesta aceptar la ira de Dios porque prefieren verlo como un ser amoroso y misericordioso. Pero olvidan que su ira es resultado de su amor, así como de su santidad y justicia. Ella nunca es pecaminosa, sino buena, pues representa su odio y oposición constante ante toda clase de maldad (Muñoz, 2020).
La Biblia es muy clara en cuanto a la ira de Dios. Por ejemplo…
