La enfermedad, para la gloria de Dios

Dios a veces permite la enfermedad para su gloria, para demostrar en el mundo su poder, para que comprendamos que para Él no hay nada imposible.

Una posibilidad ante la enfermedad

Dios permite la enfermedad como consecuencia del pecado, porque es un instrumento divino para humillarnos y hacernos rendir a sus pies y a su santidad; para que lo confesemos, nos arrepintamos y vivamos conforme a su voluntad.

Alentados para hacer Su voluntad

Nuestra vida puede ser grandemente prosperada y todo nos “saldrá bien” si confiamos en Él (Jos. 1:8), aprendemos a depender y a no desmayar. Nuestra vida no tiene que ser una de derrota, sino una de victoria y conquista con la ayuda de Aquel que nos quiere bendecir todo el tiempo.

Aunque no lo entienda, confíe

Confianza es lo que nos ayudará a seguir adelante. Talvez tengamos muchas interrogantes que no serán respondidas inmediatamente por parte de Dios, pero el saber que el Señor está en control nos ayudará a seguir con fe y esperanza que Dios está trabajando en nuestras vidas para algo mejor. Talvez muchos perderemos muchas cosas, pero todo ello lo sabe Dios, confianza es lo que necesitamos.

¿Quiere ver a Dios en su vida?

Dios se manifiesta con todos. Nos da vida, salud, provisión, cuidado, etc… Pero nosotros no lo palpamos en forma más real porque espiritualmente estamos alejados de Él cuando no lo obedecemos. Su presencia se hace más evidente cuando andamos en obediencia; cuando día a día desarrollamos esa relación íntima a través de nuestro tiempo diario, amando Su Palabra, orando y compartiendo con otros discípulos del Señor.

¿Hasta cuándo celebramos Navidad?

Celebremos y adoremos por el nacimiento de Cristo todos los días de nuestra vida, al mismo que recordamos y glorificamos a Cristo por Su muerte y resurrección. Recordemos que sin Su nacimiento no se hubiera podido dar Su muerte por nuestros pecados para salvarnos.

Crónica de una promesa: “Su llegada”

Recordar el nacimiento de Jesús, no tiene sentido sin recordar esta promesa de su nacimiento: Venir a Belén, morir en Calvario. Ahora que celebramos Navidad, recordemos el verdadero significado de esta fecha.

Crónica de una promesa: “Su anunciación”

La anunciación a esta piadosa pareja traería a sus vidas la noticia nunca antes experimentada, pero grandemente esperada. Al fin, la promesa se daría. El niño que nacería sería llamado Jesús, porque Él salvaría al hombre de su pecado (Mt. 1:21). Los padres ya estaban anunciados, el niño encamino ya había sido engendrado.