El débil poder moral de la conciencia

La conciencia del hombre es una capacidad recibida por Dios para poder juzgar entre el bien y el mal, pero al ser influenciada por la naturaleza pecaminosa, la conciencia no tiene un poder pleno para obrar y ayudar al hombre a actuar correctamente ante Dios; es una capacidad limitada (Ro. 2:13-15).

Blasfemia, el imperdonable pecado

El juicio eterno (v. 29) es el enfrentamiento del hombre ante el Justo Juez, Quien traerá a todo hombre a ser evaluado por sus pecados, y solo serán librados de la condenación aquellos que aceptaron el testimonio del Espíritu Santo acerca de Cristo, haciendo que sus nombres sean inscritos en el libro de la vida del Cordero (Apocalipsis 20:11-15).

La hermosura de la “locura”

La familia de Jesús, y los escribas que vinieron a ver a Jesucristo no llegaban a ver la manifestación poderosa de Dios en el ministerio del Señor porque estaban muertos espiritualmente, y, por tanto, ciegos a la realidad del Verbo de Dios.

El mal del endurecimiento de corazón

Muchos tenemos la tendencia a enojarnos más ante la dureza del hombre, y poco a entristecernos por su condición. Ambos sentimientos deberían estar presentes. Si expresamos más molestia que tristeza, entonces nuestro corazón está endurecido por nuestra falta de perdón y compasión.

Aptitud y Actitud

Cuando se habla de la obra para el Señor, la aptitud y la actitud son características necesarias para desarrollar adecuadamente Su tarea. Uno puede estar capacitado para realizar un trabajo, pero si no tiene una motivación apropiada, no se lo lleva a cabo debidamente; al igual que si tiene el deseo, pero no está capacitado, tampoco lo hará como debe ser.

Muerte por partida doble

Cada creyente debe vivir espiritualmente tan vivo que ya el mundo le sea algo muerto e inmundo, y esa misma vida espiritual debe hacerle ver al mundo que el creyente ya ha muerto para su inmundo sistema.

Equipados para llegar

Dios nos ha capacitado, Dios nos ha prometido, Dios ha decidido cambiarnos; ahora nosotros debemos anhelarlo y trabajar en ello.

Influenciado por el Espíritu (VIDA DE ORACIÓN XIII)

Para que podamos orar influenciados por el poder del Espíritu, no solo debemos de nacer de nuevo, sino que también debemos vivir en comunión y obediencia con Dios. Si nuestra vida de oración no es la que debe ser, entonces el problema siempre será espiritual.