Ejercicio disciplinario de instrucción

Si bien, la instrucción disciplinaria no es motivo de alegría, el provecho obtenido es razón de gozo (v. 11). El contexto del pasaje indica que Dios obrará en nuestra vida para que dejemos atrás el pecado y las actitudes no piadosas que tenemos de nuestra naturaleza pecaminosa, y quiere que sigamos creciendo en nuestro carácter cristiano (v. 1). Él desea que nuestros ‘miembros enfermos y paralizados’ (“manos” y “rodillas”) sean puestos en rehabilitación para que caminemos sobre “sendas derechas” sobre nuestros “pies” (v. 12, 13).

“El mundo no era digno”

Nuestro aporte espiritual real tal vez no tenga valor para este “mundo” en el que vivimos, pero si debe tenerlo para Dios y Su iglesia. Que nuestra vida tenga significancia eterna, y si el mundo no nos considera dignos, pues recordemos, es el mundo el que no es digno de los hijos del reino. A Jesús lo aborrecieron, igualmente va a ser a los Suyos (Jn 15:18, 19).

No más pagos

La palabra “perfectos” no habla de impecabilidad nuestra o de una perfección terrenal de quienes aceptan la salvación por fe en Jesús, esa palabra habla de una posición de justicia imputada o suministrada por la obra de Jesús (Ro 3:22; Gá 2:16; Fil 3:8, 9). Cristo, al pagar por nuestros pecados ha pagado toda deuda, entonces, ya no hay más pago, pues la obra del Señor fue completa cuando Él fue sacrificado en la cruz y su sangre derramada por nuestros pecados (He 10:5-14).

¿Qué es y por qué celebramos la Pascua?

La verdadera PASCUA tiene que ver con un hecho que inició años atrás en la tierra de Egipto, fue un evento que produjo la liberación de los israelitas, que eran esclavos, y trajo muerte como castigo a los primogénitos de toda familia egipcia.

Un canto angustioso de salvación

Como Iglesia, sigamos trabajando en la obra misionera de alcanzar, no solamente a los musulmanes, sino a todos para Cristo.

La bondad y el poder de Dios – “TAÑENDO CUERDAS” AL SEÑOR (XXIX)

Cuando meditamos en la grandeza de Dios y Su obra, nuestra boca se llena de alabanza al Señor. Cuando estemos ante Su presencia, bendeciremos “su santo nombre eternamente y para siempre” (v. 21).

Omnipresencia y omnisciencia de Dios – “TAÑENDO CUERDAS” AL SEÑOR (XXVIII)

David compara su vida, desde el mismo nacimiento hasta los pensamientos y actos de cada día, y los analiza ante la grandeza de Dios, y afirma con toda verdad que Dios sabía todo, absolutamente todo de él (v. 1-4).

Jehová es tu guardador – “TAÑENDO CUERDAS” AL SEÑOR (XXVII)

El Señor ha estado siempre con nosotros, y lo seguirá haciendo por “siempre” (v. 8). Dios guarda como “depósito” seguro nuestra fe con gran poder (2 Ti 1:12). Nada ni nadie nos “puede arrebatar” de Sus “manos” (Jn 10:28, 29), ni en lo “presente”, ni en lo “futuro” (Ro 8:38, 39). Y mientras que seamos salvos por la fe en Cristo, el mismo Señor estará con nosotros “todos los días” (Mt 28:20), hasta que nos lleve a Su presencia (Jn 14:1-3; 1 Ts 4:13-18). Dios es nuestro preservador (v. 7).