Este salmo presenta un cuadro de la entrada triunfal de Jesucristo en Su segunda venida, cuando triunfante ingrese en Jerusalén, ahí alabaremos al Rey que viene a reinar. Entonces clamaremos a las “puertas eternas” (Sal 24:7) que permitan entrar a “Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla… Jehová de los ejércitos… el Rey de la gloria” (Sal 24:8, 10). Ese momento, postrados en adoración, alabaremos y cantaremos a Jesús, el hijo de David, el “Dios de Jacob” (Sal 24:6). ¿Ya está listo para tal incomparable celebración? Solamente por nuestra fe en Jesucristo se nos abre la posibilidad ante esta única oportunidad.
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Jehová es mi pastor – “TAÑENDO CUERDAS” AL SEÑOR (VI)
Jesucristo quiere ser su Pastor si usted todavía no lo ha aceptado aún como su Salvador. Recuerde que Él ya Su vida dio por usted, pida perdón por sus pecados, escuche Su voz que hoy lo está llamando, y con confianza entre en el redil del Buen Pastor.
Oración pidiendo victoria – “TAÑENDO CUERDAS” AL SEÑOR (V)
¿En quién o en qué confía usted para sus planes? ¿Está su esperanza puesta en lo que tiene a su alrededor, en sus propias habilidades, en su conocimiento, o en Dios? David nos recuerda que Dios puede defendernos en los conflictos (v. 1); Él nos puede ayudarnos y sostenernos (v. 2); puede oírnos y obrar en favor de nuestra necesidad (v. 4, 5); y, sobre todo, Él es Quien nos salva y nos da vida eterna (v. 6, 9). Nunca olvidemos, nuestra esperanza debe estar puesta solo en Dios, y en nada más (v. 7, 8).
Acción de gracias por la victoria – “TAÑENDO CUERDAS” AL SEÑOR (III)
¿Qué le está afectando este momento? ¿Qué tan cerca cree usted que está su derrota? Si usted está esperando en Dios, no pierda su esperanza, confíe en Él, ore y espere, siga obedeciendo y confíe en Su Palabra (Sal 18:20-23, 30), que Dios llegará pronto rescatarle “de las muchas aguas” o de “poderoso enemigo” (Sal 18:16, 17).
Jesús llegó al pesebre siendo Rey Eterno
Jesús, el hijo de David (Lc 1:32), nacería muchos años después en la misma ciudad que su padre terrenal (Lc 2:11), y bajo su linaje venía a reinar y tomar el trono prometido. Lo maravilloso de este Rey Soberano, es que al igual que Su antecesor, nació humildemente, no en medio de grandes galas, sino en un sencillo pesebre, pero las huestes celestiales anunciaron majestuosamente al mundo su nacimiento (Lc 2:10-14), y el cielo se llenó del esplendor por la estrella que proclamaba su llegada, pues venía a reinar (Mt 2:1, 2).
Jesús vino para ser escuchado
Jesucristo vino como Profeta con poder trayendo el mensaje de Dios, las buenas nuevas de liberación (Mt 11:5; Lc 4:16-21), y es a Él a quien todo hombre debe poner atención y creer.
Naturalización o ciudadanía “espiritual”
2 Corintios 5:14-18, 21 “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí en adelante a nadieSigue leyendo «Naturalización o ciudadanía “espiritual”»
“Biogénesis”
Jesucristo no solamente nos creó, sino que vino a la Tierra para salvar lo que se había perdido a causa del pecado, para rescatarnos y darnos vida eterna, pues la vida está en el Hijo de Dios (1 Jn 5:11, 20).
